Tras un “cafecito” de Nicanor Duarte Frutos en el Palacio de López al médico “administrador” de los remedios de la Fundación Tesãi de Itaipú, iniciaron ayer el operativo “vaciamiento” del local que era saqueado por seccionaleros colorados. Un grosero intento de sacar camiones desbordados de cajones de medicinas para trasladarlos a otro sitio terminó frustrado por la ciudadanía y la prensa. Cuando las papas quemaron, nos contactaron el propio ex candidato a vicepresidente Javier Zacarías Irún junto con Ramón Romero Roa, actual director paraguayo de Itaipú. Este comunicó el cierre del local en Asunción, el traslado de todos los fármacos al Alto Paraná y la apertura de un sumario.
Ibarrola terminó diciendo que no habló por celular; Javier Zacarías Irún nos llamó y puso al habla al titular de Itaipú; Ramón Romero Roa, titular de Itaipú, prometió sumario; Nicanor Duarte Frutos convocó al médico “administrador” al Palacio.Pedimos ayuda a la Fiscalía de Delitos Económicos, que más que intervenir, allanar e investigar, terminó casi blanqueando un operativo que, de no ser por la prensa, hubiera sido el saqueo definitivo. Desconocemos cuántos medicamentos salieron de Asunción y, si llegaron al Alto Paraná, cuántos arribaron.
Pasadas las 9:00 de ayer, el Dr. Jaime Ibarrola, supuesto asesor médico del titular de Itaipú, Ramón Romero Roa, fue convocado al Palacio de Gobierno por el presidente Nicanor Duarte Frutos, probablemente para un “cafecito” mañanero por haberse ido de boca (el médico fue grabado dando detalles del reparto de medicinas a los correligionarios, la grabación puede oírse en ABC Digital www.abc.com.py). Ni bien salió del Palacio, empezó el “operativo vaciamiento” del local donde funcionaba la Fundación Tesãi, sobre 25 de Mayo 3748 casi Gaudioso Núñez.
DESTARTALADO CAMIONCITO
Al destartalado camioncito de don Isidro Orué Correa, que tenía las cuatro ruedas peladas, lo atiborraron hasta el techo con cajas de medicamentos, pero con tanta mala suerte que antes de terminar de cargarlo nuestros lectores ya nos alertaron. A partir de allí no nos separamos de los distintos objetivos.
El camioncito inició el traslado de su valiosa mercancía, pero al darse cuenta de que lo seguíamos, empezaron a pasearse; el “tour farmacéutico” incluyó idas y venidas por la zona de 25 de Mayo y Choferes del Chaco. Luego nos pasearon por Artigas, el Jardín Botánico, un surtidor, una gomería, Mariano R. Alonso, Limpio, cercanías del río Salado y otra gomería. Desesperados, volvieron a dar vuelta, tomaron el camino Limpio-Luque, retomaron el camino Areguá-Patiño hasta salir en Ypacaraí donde las ruedas peladas se rindieron en una gomería cerca de Kurusu Pablito.
Cuando dimensionamos el operativo, solicitamos auxilio al fiscal Carlos Arregui, titular de Delitos Económicos. Este designó al fiscal Humberto Otazú, quien terminó “constituyéndose” en el local de la Fundación Tesãi sobre 25 de Mayo. Cerca del mediodía, en ese lugar, recibió explicaciones de que Itaipú decidía cerrar el local y trasladar los medicamentos al Alto Paraná; Zunilda Jara de Rolón, gerenta de Tesãi, avisó que iniciaban un sumario.
PORNOGRAFÍA FARMACÉUTICA
Mientras el fiscal se presentaba en el local de Tesãi en Asunción y nosotros seguíamos al destartalado camioncito por Areguá-Patiño, sonó el celular. Era Javier Zacarías Irún, ex candidato a la vicepresidencia, el mismo que juró que no haría proselitismo por la dupla presidencial oficialista. Como la promesa no incluye otras intermediaciones, nos dijo que el director paraguayo de Itaipú, Ramón Romero Roa, nos iba a hablar a continuación, y lo puso al teléfono.
Romero Roa explicó que clausuraba el local de la Fundación Tesãi en Asunción y ordenaba el traslado a Alto Paraná, “donde es su lugar natural y donde deberían estar” los medicamentos. Agregaba que también iniciaba un sumario. Romero se puso a disposición y dejó abiertas las puertas para un mejor relacionamiento.
Cuando pensábamos que ya habíamos oído todo, escuchamos a personal médico de Tesãi denunciando por radio que estaban desabastecidos en el Alto Paraná. “Tenemos que hacer yeso con algodones”, declaraban. ¿Cómo, si teníamos enfrente un destartalado camión atiborrado de medicinas, que era supuestamente de Tesãi?
Pasado el mediodía, llegamos todos cerca de Kurusu Pablito. De haber pisado el santuario, quizá podríamos haber visto el milagro de que las cuatro ruedas peladas se acercaran al Alto Paraná. Como este milagro fue imposible, se logró otro: tres funcionarios de Itaipú arribaron antes que el propio fiscal interviniente a bordo de un vehículo registrado a nombre de Automarket. De él descendió la gerenta de Tesãi, Zunilda Jara de Rolón, acompañada de otras personas. Todos juntos, reportero gráfico de nuestro diario y los de Itaipú, aguardamos al fiscal.
Cuatro horas después de estar en la gomería, llegó finalmente el fiscal Otazú, el mismo que nos había avisado que antes que él arribaría una funcionaria de la hidroeléctrica con los documentos. “¿Cómo se enteraron ellos?”, fue la desconcertada pregunta. “Yo hice declaraciones a la prensa luego de constituirme en el local a pedido de ustedes”, dijo el molesto fiscal ante nuestro no menos molesto desconcierto.
Los funcionarios de Itaipú y los del camioncito intentaron convencer a la Fiscalía de que tenían Ciudad del Este como destino final. “¿Y por qué dieron tantas vueltas?”, preguntó el fiscal. “Porque necesitábamos una gomería que nos diera nota de venta”, fue la respuesta. Ingeniosos. Tanto, que convencieron al fiscal de que todo estaba en orden.
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