martes, 19 de febrero de 2008

Mientras en la calle sufre la gente, en el PC de Blanca se consigue vacuna

Mientras en la calle la gente forma filas y filas, sin importar lluvia o calor para protegerse ante el peligro de la fiebre amarilla que acecha, ayer, los que juraban que votarían por Blanca Ovelar podían conseguir vacunas sin problemas en un PC de Limpio.


Casa del ex candidato a intendente Guido Gómez, donde funciona el PC de Blanca Ovelar. Los correligionarios acudían para vacunarse.

LIMPIO (Cirilo Ibarra, corresponsal). Miles de personas, madres con criaturas en brazo y niños pequeños soportaron el intenso calor, el terrible tufo del asfalto, aguardando estoicamente la reposición de las dosis de vacuna que se agotaron ayer en hospital materno infantil de esta ciudad.

Mientras tanto, a una cuadra de allí, en el Puesto de Comando de la candidata nicanorista Blanca Ovelar, en la casa del ex candidato a intendente, Guido Gómez, los que aseguran que votarán por la presidenciable oficialista eran atendidos de manera privilegiada.

Montaron un puesto de vacunación en el fondo de la casa y sigilosamente, por el portón trasero, hacían pasar a los “correligionarios”.

Para asegurarse de que los que acudían eran correligionarios, leales a la causa, llamaban previamente lista y dejaban constancia en un cuaderno.

Todo transcurría “normal” y ni siquiera nuestra presencia parecía incomodarlos, hasta que apareció la cámara de un canal de televisión y se vieron obligados a suspender “el servicio”.

Los primeros que salieron intentaron negar lo que ya estábamos observando por un buen tiempo.

Otros operadores simplemente evitaron nuestras preguntas.

SINCERO

Mientras, en pleno mediodía la gente resistía estoicamente para conseguir una vacuna que la proteja de la enfermedad que acecha.

Sin embargo, el padre de Guido Gómez no tuvo otra alternativa que aceptar la realidad y ensayó una explicación.

Alegó que consiguieron las vacunas y que las mismas las estaban suministrando a todos, sin pedirle a nadie afiliación.

VACUNADORES FORÁNEOS

El director del hospital de esta ciudad, doctor Antonio Galerik,

asegura que las dosis que tenían en el local político no salieron de ahí. Asimismo remarcó que los vacunadores no son de este centro asistencial. “De todas maneras, voy a ver lo que está pasando“, sostuvo.

Mientras tanto, en pleno mediodía la gente seguía esperando en largas filas frente al centro de salud local que le alcance el turno para acceder a la vacuna.

Lo mismo ocurría en diferentes puestos sanitarios donde la gente se agolpa ante el peligro de una epidemia de fiebre amarilla.



Fuente: Abc 19 / 02 / 08

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